En ocasiones, la mugre se convierte en uno de los peores enemigos de los padres. Creen que es sinónimo de enfermedades, infecciones y desorden. Sin embargo, esta no es tan mala como parece, pues ayuda a fortalecer el sistema inmune del bebé y, por ende, permite que el pequeño explore lo que lo rodea.
Los expertos aseguran que tener contacto con virus y bacterias favorece la formación de los sistemas de defensa orgánicos.
Yovanna Morales Sabogal, pediatra neonatóloga, indica que “es casi imposible escaparse por completo de los gérmenes, y exponerse a algunos de ellos hace que el sistema inmune, que es el que nos defiende de las infecciones, se fortalezca”.
Incluso, las investigaciones indican que cuando un niño fue criado en un ambiente excesivamente limpio, tiene más posibilidades de padecer alergias, pues su sistema de defensas necesita unas mínimas dosis de microbios para estar activo y sano. Obviamente todo en su justa medida. Es decir, el padre no debe exponer a su hijo a un ambiente sucio, sino que la idea es permitir la posibilidad de que el niño explore y se divierta dentro de un espacio normal.
“No se trata de exponerlo a elementos contaminados en busca de infecciones a temprana edad, pero el entorno no puede ser tan cerrado como para mantenerlo en una burbuja de cristal”, concluye la pediatra Claudia Granados.
¿Cómo hacerlo?
• Evitar frases que generen falsas creencias o temor en los niños como: ‘no seas sucio, párate del suelo’, ‘no toques la arena o la tierra porque enfermas’, ‘no toques al perro que te afecta’, etc.
• El pediatra Gilberto Acuña dice que es bueno que experimenten situaciones de contrastes. Es decir, explicarles que hay lugares donde sí pueden ensuciarse, como el parque, la arenera, la clase de manualidades, etc. Pero que hay otros espacios donde hay que ser higiénicos como en reuniones y eventos.
• Si bien hay que tener cuidados cuando el bebé empieza a gatear y a caminar, este no debe ser excesivo. Es decir, no se aconseja limpiar el piso a cada rato mientras el bebé anda por la casa, sino asearlo periódicamente y cuando se crea conveniente.
• No se debe prohibir el contacto con los animales, pero sí procurar que la casa esté libre de residuos de la mascota y de pelos. Y, además, cada vez que el pequeño toque el animal, es necesario lavarse las manos.
• Obviamente hay que lavarse los dientes diariamente, pero el uso indiscriminado del cepillo de dientes puede lastimar la dentadura y generar dolor.
• Evitar el uso de talcos para pies o desodorantes. No son recomendados para los niños. Tampoco se debe abusar de los extractores de las mucosas; las secreciones de la nariz también son protectoras del cuerpo.