para reflexionar:
Esperando en su celda, a pocas horas
de ser ejecutado, pidió como último deseo papel y
lápiz. Luego de escribir por varios minutos, le dijo a su custodio: “por favor,
entregue
esta carta a mi madre”.
La carta decía así:
Madre, creo que si hubiera más
justicia en este mundo, tanto tú como yo deberíamos ser ejecutados.
¡Tú eres tan culpable como yo de mi miserable vida! ¿Te acuerdas
madre, cuando llevé a la casa aquella
bicicleta que le quité a otro niño? Me ayudaste a esconderla para que mi padre
no se enterara. ¿Te acuerdas madre, cuando me robé el dinero de la cartera de
la vecina? Fuiste conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos. ¿Te
acuerdas madre, cuando llegaba a casa con lápices, juegos y hasta un ipod? Tú
ni me preguntabas cómo los obtuve. ¿Te acuerdas madre, cuando botaste a mi
padre de la casa? Él solo quiso corregirme por haberme robado el examen final
de mi grado y a consecuencia me expulsaron. Madre, yo era solo un niño, luego
fui adolescente y ahora ¡un hombre mal formado! Era solo un niño inocente que
necesitaba corrección y no consentimiento.
Te
perdono y solo te pido que le hagas llegar esta reflexión a todos los padres
del mundo para que sepan que ellos son los únicos responsables de formar a un
hombre decente o a un vulgar delincuente. Gracias madre por darme la
vida y gracias también por ayudarme a perderla.
Firma
¡Tu hijo, El Delincuente!
Si
realmente quieres poner un granito de arena en esta sociedad copia esta
reflexión, sin duda puede ayudar… Dios bendiga a aquellas madres que se sienten
orgullosas de haber formado hombres útiles a la sociedad y no delincuentes a
los que no les tiembla la mano para arrancar vidas y robar lo que con tanto
sudor y trabajo le cuesta a los demás.
¡NO JUSTIFIQUE LAS MALAS ACCIONES DE SU HIJO, NO HAY EXCUSA PARA EL MAL COMPORTAMIENTO!
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